Las cuentas le eran favorables y Miguel Fuster no perdió la oportunidad de dejar sentenciado el Campeonato de España de Rallyes a falta de una prueba para que concluya la temporada.
Mucho tanteo hubo durante todo el día en el Rallye Villa de Llanes, antes de una sección final -o más bien un tramo final- al que en mayor o menor medida todos salieron con intenciones de victoria. A falta de tres cronometradas Jonathan Pérez, Sergio Vallejo e Iván Ares se encontraban en un espacio de apenas ocho segundos, por lo que cualquiera de ellos podía hacerse con el triunfo en el Rallye Villa de Llanes.
Fuster, más cauto que de costumbre, por si acaso salió al último bucle con ruedas nuevas, la calculadora echando humo y su cabeza, como el resto del día, pidiendo cautela pese a que su corazón quería correr y ganar. Y es que con Ares fuera del liderato en el rallye las cuentas eran claras y otorgaban al de Benidorm el título de Campeón de España en esta temporada 2015. Así, la presión estaba en campo contrario pero, por si acaso, había que estar atento a los movimientos que se pudiesen producir en las últimas cronometradas.
Curiosamente hasta ese momento la clasificación del rallye se mantuvo inalterada a lo largo de gran parte de la carrera, después de que Ares asumiese un liderato efímero tras la primera cronometrada y el resto fuese cosa de un muy fiable Jonathan Pérez, aunque siempre por un margen muy estrecho. En el rallye clave para el campeonato todos tuvieron ganas de protagonizar un gran papel.
Y así llegamos al último y decisivo tramo: los casi 24 km de Riu Cabra, ya de noche y donde Sergio Vallejo sacó a relucir una de sus especialidades como veterano piloto de rallyes para hacerse con la victoria absoluta en esta cita; y donde Miguel Fuster aún tuvo tiempo de recortar segundos y adelantar en la clasificación a un Iván Ares que por distintos contratiempos no pudo pelear en este tramo como él sabe hacerlo. El alicantino subía así al podio final, tras Vallejo y Jonathan Pérez, confirmando un título que un día antes aseguraba que le ilusionaba como el que más.