¿Alguien lo dudaba?. Loeb sigue siendo mucho Loeb y ayer el francés demostró una vez más en Argentina porqué es cinco veces campeón del mundo de Rallyes.
Dani Sordo mantuvo contacto dentro de lo posible con su jefe de filas hasta el mediodía. Mientras no se secó el español no perdió demasiado tiempo mientras iba en cabeza. Por la tarde fue otro cantar al aparecer gravilla en la superficie con el tiempo seco y además, para su desgracia, Dani rompía la barra estabilizadora trasera de su Citroën C4 WRC. En el bando contrario la fortuna negó a Mikko Hirvonen la segunda plaza al abandonar el finlandés con el motor de su Ford Focus WRC achicharrado. Ello debería permitir mañana el doblete de Citroën, ya que Jari-Matti Latvala no se puede permitir ningún accidente.
Este año los organizadores del Rallye de Argentina decidieron suprimir la etapa sureña de Santa Rosa de Calamuchita y ofrecer a cambio un doble paso por la Ruta Provincial 34 “Jorge Raul Recalde”, lo que implica dos tramos míticos como Mina Clavero-Giulio Cesare y su paisaje lunar y El Cóndor-Copina y sus famosos puentes colgantes. Eso significa subir un desnivel de 1.600 metros de altura, salir de la niebla del lago de Villa Carlos Paz a las alturas de la pampa cordobesa. O sea que el tiempo es totalmente impredecible. Y como el horario de la etapa impedía asistir a cuatro tramos a menos de jugarse el tipo bajando y subiendo, intentando mejorar el crono de Jorge Raul, decidimos quedarnos las dos pasadas en Giulio Cesare y tratar de matar cinco horas entre pasada y pasada como fuera.
Y es que esta normativa que implica el paso obligado por la asistencia fija en la base desvirtúa el espíritu de los rallyes. Si hace veinte años uno por la noche devoraba una pizza después de haber tomado poco más que un café con leche durante la jornada; ahora uno acaba en un restaurante de carretera para matar el hambre y el frío. Y la báscula lo paga.
Pese a no disponer de conexión con Movistar nos sorprendió encontrar un albergue de montaña con Wi-fi a casi tres mil metros de altura cuando no hace mucho las comunicaciones eran toda una odisea. Todavía recuerdo cuando Jorge Arce intentaba hacer sus conexiones para Antena 3 en la ‘Telefónica local’, lo único que no ha cambiado ha sido el precio…
El parque automovilístico ha mejorado mucho desde mi primer viaje en 1986. Todavía se siguen viendo los temidos Ford
Falcon de la época del general Videla, pero estos días he acertado a ver un Audi Q7 y un Porsche Cayenne a pesar de que su precio se dobla respecto a Europa. También hay quien no se deshace de su antiguo automóvil cuyo que no deja de sorprender a los del otro lado del charco.
Mañana poca chicha que contar, creo.