Bueno, el hecho extraño de que nos diera el Road Book del Rally de Portugal en un solo libro, en lugar de uno por etapa, tan gordo como el libro de Petete, podría interpretarse como una premonición de escribir los tres Road Bokks de la prueba lusa en uno solo, como así ha sido.
Aquí no se mueve una hoja si Sebastien Loeb, no lo permite. Cuatro de cuatro, o 51ª victoria del piloto francés, cualquiera de los dos titulares sirve. El piloto de Citroën corrió hasta el mediodía, quizá para levantar más polvo al paso de Mikko Hirvonen y fastidiarle cualquier intento de remontada. Lo cierto es que el madrugón de la última etapa hizo que con la humedad nocturna y sin viento, la visibilidad dejara que desear cada vez más al paso de los coches en unos tramos lentos y polvorientos. Seb ganó los dos primeros tramos pese a salir con dos ruedas de repuestos en el interior de su Citroén C4 WRC, al igual que Dani Sordo.
Hoy todo el pescado estaba vendido. Y quien lo quiera ver de otro forma es su problema. El piloto español tenía la ventaja suficiente sobre Petter Solberg como tomárselo tranquilamente, perder algún segundo para que el noruego siga quejándose de la falta de potencia del motor de su Xsara y hacer cada vez más adecuado su mote de “Mr.Hollywood” por sus posturas, poses y caras de cara a la galería que los fotógrafos sabemos agradecer. Aun recuerdo su lanzamiento de gorra y guantes en el podio de Chipre y las palabras de su copiloto, Phil Mills: “Vamos Petter que tenemos que despejar para que continúe la ceremonia”. Y es que el expiloto de Subaru, se agarra a una ‘alcachofa’ de TV o radio como un borracho a una farola.
A otro que le gusta lo mismo es a su ex patrón, David Richards ahora con camisa de Prodrive. El inglés sigue yendo con el parche en el ojo, pero siempre con su exquisita cortesía y amabilidad. Quizá otro gallo le cantara al WRC si los derechos de TV del Mundial no hubieran caído en sus manos.
Pero en estos momentos la ‘comidilla’ del Mundial es la continuación o no de Jari-Matti Latvala en el equipo Ford. Y es que como Ford no paga su salario, le resulta más fácil prescindir de sus servicios después de las últimas ‘excursiones’ que se ha marcado el piloto finlandés. Ahora le toca rascarse el bolsillo a Malcom Wilson, quien con todo lo que ha facturado en los últimos años y sin la confirmación de la continuidad de Ford en 2010 tiene que presentar resultados. Con 0 victorias y un equipo Citroën cada vez más distanciado en la tabla de Marcas, al propietario de M-Sport no le queda otro remedio que ofrecer un suculento contrato a todo piloto viviente, o sea a Markko Martin, presente en Portugal, y a los otros dos únicos campeones del mundo que competían en Portugal, Marcus Gronholm y Petter Solberg.
A ver si salimos ganando con el cambio.
Hasta pronto