Hoy nos hemos levantado demasiado pronto de la cama y eso que sobre las cuatro de la mañana ya hay luz. En el desayuno del hotel Koch en Katryzn, a escasos kilómetros del lugar donde tuvo lugar el atentado contra Adolf Hitler por parte de alguno de sus oficiales, ha desembarcado un autobús del Inserso local y casi nos quedamos sin café.
Con tres horas por delante antes del último tramo del bucle hemos decidido con Jordi Rierola y Javier Bueno reconocer uno de los tramos del domingo antes de ir al primer punto del día. Para empezar problemas como en la etapa stalinista: nuestro pase de coche no tenía un holograma de autenticidad como el de los VIP y nos barraban el paso. Cabreo, llamada a Hayley Maxifield para averiguar finalmente que no habían comunicado a comisarios y la ‘policja’ que no los habían integrado.
El salto sobre un cruce con la carretera de asfalto no nos ha convencido por la cantidad de plástico y en el último minuto hemos cambiado de ubicación en busca de un cruce y unas casas tres kilómetros después. De nuevo la misma historia y yo haciendo ricos a los de Movistar entre llamadas y SMS. Y para colmo el típico comisario que se cree ‘Reina por un día’… .
Primera sorpresa: ni rastro de Loeb, aparece Mikko Hirvonen, y luego Dani Sordo a escasos diez segundos en el tramo más largo del Rallye de Polonia. A ver qué pasará por la tarde. Mientras tanto parada ‘técnica’ para comer y Javier maravillado por las regatas en los innumerables lagos de la región de Mazuria, mucho más bonitos que los de Finlandia, comprando un velero después de otro, una casa después de otra y planificando una ruta en su piragua.
Como siempre excursión de algo más de un kilómetro para llegar al punto elegido con la digestión y la mochila a cuestas. De vuelta al Service Park, tres radares móviles, uno detrás de otro, de trípode y de pistola. ¿Cómo sería aquí antes de Lech Walesa?.
Nada más llegar a la base distinguimos el cabello blanco, que no el anorak amarillo de Antonio Zanini que ha subido desde Viladrau en coche acompañado de su esposa Gloria como invitado de Blazek Kupra con quien competió en algunos Rajd Polski trabando después una gran amistad. En el último control horario toca la foto de rigor con Dani Sordo. “Lo siento”, es la disculpa por parte del piloto español a mi SMS de ‘A por ellos, oe, oe, oe’, tras conocer el abandono de Loeb. “Me acuerdo de lo que me dijiste Antonio sobre los Ford”, se dirige Dani al Marqués de Viladrau, “son como una bayeta mojada que siempre van pegados al terreno. Hemos levantado tres centímetros la caja, pero las roderas no te dejan pilotar. Poco vamos a poder hacer aquí”.