Hoy ha sido un día perfecto. Me he levantado a mediodía tras remolonear en mi cama de 2 metros de ancho y sabanas de seda. He desayunado un excelente ‘English breakfast’ con mi bacon y huevos fritos con mucha yema. Al salir del hotel la temperatura era perfecta, 24ºC y el sol lucía perfecto. Mi coche para cubrir los tramos de la primera etapa del Rallye de Bulgaria era un Opel Ascona 400 de Conrero. Con Jordi Rierola al volante y Javier Bueno a los mandos del Tom Tom Go 720 en apenas veinte minutos hemos llegado a la salida del segundo tramo, Belmeken Lake, donde los comisarios nos han dejado pasar sin pedirnos la acreditación. Un comisario nos estaba vigilando el sitio donde íbamos a aparcar. Para que la espera no se nos hiciera larga nos tenía preparado una tienda con un catering abrumador y todo tipo de bebidas servidas por unas señoritas.
Media hora antes de la salida y escoltado por un par de policías me he dirigido a la curva junto al lago que había elegido y mis guardias me han limpiado de hierbas el arcén para que no salieran en mis fotos. Con su silbato me avisaban de que llegaban los participantes para que mi antebrazo no se cansara sujetando el objetivo de 300mm. Una vez pasado todos los participantes me ha esperado el coche ‘escoba’ para sacarme del tramo y la operación se ha repetido unos cinco kilómetros más adelante. Lástima que el accidente de Kimi Raikkonen no nos impidiera disfrutar del postre y un espresso y cuando han suspendido el tramo nos han puesto las sirenas para poder llegar cuanto antes al lugar de los hechos donde Kimi se ha volcado en explicaciones y ha posado para nosotros junto a su C4 WRC. Pese a ello hemos llegado a la asistencia donde Dani Sordo nos esperaba impaciente y dicharachero para contarnos las incidencias del día. Después hemos vuelto a coger el Ascona 400 y en cinco minutos nos hemos plantado en la sala de prensa de Borovets donde un conserje del hotel Rila nos ha aparcado el coche. La delegada de prensa de la FIA nos había recolectado los tiempos y los comunicados de prensa y dejado en nuestra mesa con sillón regulable en altura, reposabrazos y posición lumbar. El Martini con hielo, aceituna y removido, que no agitado, estaba a la temperatura perfecta, ¡Gracias Mony Penny!. La velocidad de la fibra óptica con una velocidad de carga de 100 Mb por segundo, perfecta para el envío de fotos…
¡Zaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssss!
¡Ostia!, me he caído de la cama: ¡Jordi se nos han pegado las sábanas!, espabila que llegamos tarde al primer tramo ….
Abajo el Búlgaro, ¡Viva el Tigretón!,