A la espera de volver un día de estos a la soleada Córcega en tanto Jean Todt se pone las pilas para recuperar el Tour de Corse para el Mundial de Rallyes y, de esa forma, elegir al francés más universal, Napoleón Bonaparte; nadie mejor que un personaje tan famoso como Astérix el Galo, protagonista de una serie de historietas cómicas creada en 1959 por René Goscinny como guionista con los lápices de Albert Uderzo.
Junto a los también inolvidables Obelix, el perro Idefix, el druida Panoramix, el bardo Asurancenturix o el jefe Abraracurcix, entre otros; las epopeyas de Astérix están datadas alrededor del año 50 AC en una aldea ficticia al noroeste de la Galia, la única parte del país que no ha sido conquistada aún por Julio César, irreductible pese a estar rodeada por cuatro campamentos romanos. Un comic que ha generado nada menos que 34 álbumes y 11 películas, traducidos a infinidad de lenguas.
Después de comprar en el mes de abril un billete Barcelona-Basilea para el 29-S, maldita la gracia de ‘Yogui’ y ‘Bubu’ de convocar una huelga general ese mismo día… Además Easyjet en lugar de facilitar las cosas para cambiar el vuelo un día antes, solo admitía cambios en caso de cancelación para los cinco días posteriores, nunca con antelación. Total, que hubo que comprar un billete para el martes y aprovechar así para hacer los reconocimientos de los tramos.
En Basilea primera sorpresa: una vez cogida la maleta puedes salir a Suiza por una puerta, con aduana, o a Francia y Alemania por otra que fue la elegida. Pero como el coche de Avis estaba reservado en Suiza nos tocó pasar control de pasaportes en el país helvético y dirigirnos a la correspondiente oficina….todo eso en un espacio de unos cincuenta metros.
Tras recorrer varios tramos de los dos primeras etapas, el Rallye de Francia ofrece similitudes con el Rallye de Alemania, no en vano la región de Alsacia acumula más pueblos y casas con arquitectura germana que el país vecino, eso sin contar con los nombres más cercanos a la lengua de Goethe que de Moliere, pese a lo cual los alsacianos se sienten más franceses que más de una autonomía española… . No faltan las viñas donde se aprovechan los caminos, incluso de tierra, pero siempre en tierra llana, no como en las terrazas del valle del Mosela. Por el contrario en las montañas, en valles como el del famoso queso Munster, los tramos son muy rápidos y, o muy anchos, o muy estrechos y bacheados, habiendo dispuesto los organizadores grandes balizas para impedir cortar las curvas… .
El que sí ha sido para olvidar ha sido el ‘shakedown’ con la salida a apenas un centenar de metros de las asistencias: 2,4 kilómetros en un parking y aprovechando alguna calle adyacente, delimitado por barreras de obras. Los pilotos han preferido no usar sus neumáticos blandos y el espectáculo ha sido además prácticamente nulo. Después del ‘shake’ de Nueva Zelanda, Japón y el que se avecina en Cataluña, la FIA debería replantearse el tema, para qué sirve y si tiene una utilidad, hacerlo de forma seria.
Bueno, aquí todo está preparado para celebrar el domingo la 60ª victoria y el séptimo título mundial de Sebastien Loeb, incluso el último tramo se disputará en un tramo urbano en su ciudad natal, Haguenau, esperándose un seguimiento masivo de la prueba por parte de sus paisanos.