¡…y saltó la sorpresa!. Por partida doble nada menos. Hacía 27 pruebas del Campeonato del Mundo de Rallyes, más concretamente desde el Rallye Acrópolis de 2009, que Sébastien Loeb no mordía el polvo. Ni tampoco que el segundo piloto oficial de Citroën se ‘solidarizara’ con su jefe de filas pues Sebastien Ogier al igual que Dani Sordo entonces, perdía una magnífica oportunidad de colocarse en primera posición del Mundial de Pilotos y depararnos un fin de temporada excepcional más abierto que nunca.
Después de un ‘toma y daca’ de los dos pilotos franceses de Citroën en las dos pasadas por la Superespecial de Coffs Harbour, nueva sede del Rallye de Australia después de que los ecologistas lograran su propósito en la anterior ubicación de Kingsclif en la costa este, Loeb conseguía destacarse en cabeza tras el tercer tramo, ‘Shipmans’ a 114 kilómetros por hora de media.
“Ha sido en medio del tramo. Me he desconcentrado por un instante mirando la pantalla que tiene delante Daniel con los tiempos intermedios y no he interpretado bien la nota que me ha cantado. He frenado un poco tarde para la siguiente curva y me he salido dando cuatro vueltas de campana. El coche estaba demasiado dañado para poder continuar…”, se sinceraba Loeb.
De esa forma Sébastien Ogier recuperaba la primera posición, pero dos tramos después el piloto de Gap se dejaba sorprender por una ‘piscina’ de barro, su Citroën DS3 WRC se quedaba sin grip y tocaba un talud antes de chocar contra un árbol rompiendo el radiador de su vehículo. “Con la lluvia el terreno era muy resbaladizo. Los neumáticos de compuesto duro previstos para Australia no se adaptaban a las condiciones de la pista. Yo estaba atacando”, respondía Ogier sin cortarse un pelo. Tres horas en el chapista costó poner de nuevo en condiciones a los dos Citroén que finalizaron la primera etapa en el vigésimo segundo lugar, Loeb, a casi media hora del líder, Mikko Hirvonen y en décimo quinta posición, Ogier, a casi veinte minutos del piloto de Ford.
El finlandés que partía en cuarto lugar y que en el tercer tramo había golpeado un poste de metal al cruzarse demasiado en una curva, se encontró encumbrado sin comerlo ni beberlo a la primera posición. Otro tanto le pasó a su compañero Jari-Matti Latvala (poste eléctrico y tronco de árbol cuyo impacto le hizo dar un trompo de 180º), quien se encontró en segundo lugar a poco más de siete segundos de Hirvonen. La tercera plaza, también con excursiones varias incluidas, fue para Petter Solberg a 44,3 del líder, delante de su hermano mayor Henning y Matthew Wilson.
Entre los retirados contabilizar a Ken Block (accidente), Daniel Oliveira (radiador roto) y Evgeny Novikov estampado contra una roca. El Grupo N quedó encabezado por el neozelandés Hayden Paddon, camino matemáticamente del título, por delante de Michael Kosciuszko.