En este Rallye de México repetimos formación, o sea Massimo Bettiol, Les Kolczak, Jordi Rierola y yo y hemos pasado de un Jeep Wrangler en 2010 a un Jeep Patriot más confortable en las plazas traseras y con mayor espacio en el maletero para las cámaras y objetivos del cuarteto.
Dado que el Rallye de Méjico 2011 es prácticamente idéntico al del año pasado donde el primer día pudimos cubrir cuatro tramos cronometrados, la idea era repetir la acción, aunque el final del primero, Alfaro, se había alargado algo más de tres kilómetros dejándonos sin una de las curvas típicas de la prueba mejicana, salvo una rápida excursión ida y vuelta. Tan solo Les, el fotógrafo de Ford se decidió a hacer la caminata aprovechando el frio de la mañana, quedando el resto cerca de meta. Increíble como el tiempo seco, hace dos meses que no llueve, ha inundado de cactus todo el campo haciendo incluso florecer una especie de mimosa, añadiendo un componente nuevo a nuestro trabajo.
Pese a la bajada de potencia por la altura no ha quedado muy patente en vivo y en directo las menores prestaciones de los nuevos World Rally Car, quizá por la rapidez de la prueba que este año se ve acentuada por la mayor amplitud de los tramos respecto a 2011 tras el paso de los ‘bulldozer’, por lo que los tiempos quizá no digan la verdad sobre su verdadero potencial.
Espera que te espera a Michel Jourdain, al final hemos salido escopeteados para la tercera especial, El Cubilete, donde la presencia de espectadores era menor que otras veces y eso que las señoras de Loeb y de Ogier van de la mano, no así sus maridos que no se dan respiro. Como siempre las cintas tocando los bemoles, aunque nadie nos ha dicho nada cuando las hemos retirado. Por cierto, hablando de seguridad se rumorea que el parón injustificado de ayer de una hora en el shakedown se debió a los intereses del jefe de seguridad de la FIA, Jacek Bartos, por encontrar un hueco en 2012 para su Polonia natal, evento organizado por su hijo…
De vuelta al pueblo de Nuevo Valle Moreno para intentar un año más exprimir el enlace, todos menos Massimo Bettiol que ha tenido que cubrir tres kilómetros casi a la carrera para llegar a un salto en la nueva porción del tramo de Alfaro. El resto nos hemos puesto a la sombra con un nuevo producto de la firma Modelo, la cerveza Victoria. Hemos tenido la suerte además de que Petter Solberg parara allí intentando solucionar por radio los problemas eléctricos de su Citroën DS3. Y cuando habíamos descartado volver a El Cubilete para intentar llegar a la asistencia se ha repetido el pinchazo del año pasado, hasta en la misma rueda, encontrándonos con una rueda de galleta que nos ha hecho llegar por los pelos. Afortunadamente había cerrado el periódico con un tema antes del desayuno para no tener a los compañeros de redacción pendientes hasta medianoche sin un piloto español en liza.
Y como hoy era el 32º cumpleaños de Jordi Rierola, al final nos hemos pegado un homenaje en un nuevo restaurante argentino y es que no forma humana de no comer un simple sándwich sin picante, solo queda la opción de la comida ajena al país de los aztecas. Sin duda repetiremos.