Ayer cometí el error de querer cenar para trabajar antes de ir a dormir, cuando lo mejor hubiera sido irse a la cama para levantarse a las cuatro de la madrugada y currar aprovechando el jet-lag. Total, que al final he salido del hotel con legañas en los ojos, aunque afortunadamente la rueda pinchada ayer había bajado solo una décima su presión. Ello nos ha permitido afrontar hoy dos tramos seguidos aunque teniendo que andar Massimo con ojito para no llevarse una piedra y repetir la historia.
El parking del hotel estaba a tope con mucha gente de fuera del estado de Guanajuato para ver el rallye, pero aún así la impresión es que la novedad ya no lo es tanto para los mejicanos y eso que la fiesta con unas cuantas cervezas frías son para muchos la excusa para seguir la prueba. Los apenas diez kilómetros que separaban los tramos de Ibarrilla y Duarte no han atraído mucho la atención de los aficionados locales y la carretera de descenso hasta el cruce del primero estaba vacía. Aún así hemos aparcado lejos para como algún año bloqueados por conductores desaprensivos. Hemos esperado hasta ver el Ford Fiesta de Federico Villagra a quien no pudimos contemplar ayer y de vuelta al coche para el siguiente tramo. Pero….
¿Qué opinarían si Ferrari fabricara un coche que no puede superar los 100 kilómetros por hora?. Pues eso nos ha pasado al descubrir que el Jeep Patriot no era cuatro ruedas motrices y es que al intentar subir la carretera con una buena pendiente y con una alfombra de polvo sobre el piso pues, ni pá Dios. Ni bajándonos tres de los cuatro ocupantes a empujar. Pero alguien se ha apiadado de nosotros allá arriba y haciendo los no conductores parte del trayecto a pié y en ‘quad’ gracias a la amabilidad de los locales, hemos coronado la cumbre y llegar al final del segundo tramo donde ya estuvimos en 2010. Eso sí, hemos añorado más que nunca el Wrangler del año pasado….
El segundo tramo de hoy, Ibarrilla, ha sido el último para mí, lo que han aprovechado los pilotos con ayuda del viento para ponernos a caldo con el polvo levantado a su paso en la última paella antes de meta, cuando el año pasado fue justamente al contrario… . Hoy me ha tocado pisar la sala de prensa para poder cerrar el diario a tiempo aguantando la edición hasta el último tramo cronometrado digno de ese nombre, Derramadero, con salida a las 16h 11, 23h, 11 en España, lo que sin un piloto español en liza es de agradecer. Allí espero que mis ‘compadres’ hayan hecho buenas fotos en uno de los nuevos saltos de la prueba mejicana, rezando a la vez para que no se repita el pinchazo, aunque aquí en Méjico arreglar uno apenas cuesta 40 pesos, como 2,50 euros y llevan a cabo la tarea en apenas quince minutos, sin el clásico ‘vuelva usted mañana’.
Afortunadamente en la sala de prensa la penalización de 50 s de Loeb por tomar tarde la salida en el primero de la tarde al sufrir problemas de cambio en su Citroén DS3 ha hecho que algunos no nos durmamos, hay quien lo evita tomando el brebaje ‘Monster’ a nuestra disposición dentro de la misma que debe de apetecer fresquito con la que cae por aquí. Pero tras el susto con mi ‘patata’ de hace ya casi dos años la recomendación es evitar este tipo de bebidas energéticas, aunque con la Coca-Cola y el espresso me permito alguna licencia.
¡Pero que aburrido es esto, por Dios!