En las siete ediciones del Rallye de Méjico a mis espaldas tan solo en dos ocasiones creo haber marchado el lunes. O sea que hoy, aunque me esperan un mínimo de cuatro horas de viaje hasta Ciudad de Méjico, había tiempo suficiente para hacer un tramo de los tres de que constaba la última etapa y aumentar así la provisión de imágenes.
El más lógico era el primero, Guanajuatito, de 29,13 kms, con varios sitios interesantes, pero sin la oportunidad de poder entrar en el mismo, no fuera que cualquier incidente nos dejara atrapados en mitad del mismo. Así que lo mejor era el final donde el ‘Media Safety Guide’ nos anunciaba una paella con posible vado de agua en la salida, aunque sin garantizar un caudal mínimo.
Pero una vez llegado sin problemas allí, alguien había decidido colocar la meta y célula fotográfica en mitad de la curva, y aunque intentamos caminar como un kilómetro no encontramos nada especial regresando al punto inicial donde por lo menos la luz era correcta.
A las 8h 57 07 según especificaba mi Nikon D3, aparecía un Citroen DS3 WRC algo despacio para lo que yo esperaba. Finalmente han llegado las órdenes de equipo, pensé y esperé los tres minutos de rigor para el segundo Citroën. Pero para mi sorpresa: ¡apareció un Ford Fiesta RS!. Ya está Loeb fuera…., pero fue entonces cuando revisé la pantalla trasera de mi cámara fotográfica y vi que el DS3 WRC que pasó en primer lugar llevaba el nº 2. Ya me había extrañado que la novia de Ogier, Aurelie, que nos había saludado mientras aparcábamos el famoso Jeep, saliera corriendo apenas pasado el primer vehículo, el de Loeb, para poder preguntarle qué había ocurrido con su prometido. Fue así como nos enteramos de su salida de pista aguantando en el tramo como una hora hasta la llegada del piloto mejicano Michel Jourdain, cliente de Jordi Rierola, para dirigirnos después a la sala de prensa con el Patriot de mi amigo francés de la agencia DPPI, François Baudin, en tanto que su hijo se iba con Massimo Bettiol a la ‘Power Stage’.
Una especial que fue ganada por Mikko Hirvonen y que por lo menos pone un poco de salsa en los domingos aburridos de la sala de prensa, que suelen ser la mayoría. En el Poliforum de León como apenas una cristalera separa la sala de prensa del control horario de llegada, te permite dejar por unos minutos el ordenador, enterarte de historias y hacer algunas fotos como la de Daniel Elena charlando con Xavier Mestelan-Pignon, el ingeniero jefe de Citroën que ya ve peligrar su puesto de trabajo después de que al copiloto monegasco se le encendiera ayer ‘la bombilla’ para solucionar la rotura del pasador del selector del cambio usando una pieza similar extraída del parachoques trasero del Citroën DS3 WRC…
Pero como Luis ‘Livingston’ Eiriz tiene mucha prisa para hacer de día la carretera a México DF me vuelvo a quedar sin el podio, sus rancheras y contemplar las aspirantes a Salma Hayek, mientras cierro estas líneas, reservo mi asiento en el vuelo Iberia de mañana (juer, otra vez sin asiento de emergencia ni ‘upgrade’ a Bussiness) y unas cuantas historias más a la espera de echar una cabezadita… .