Eva Duarte de Perón nació en 1919 en Los Toldos, Argentina, donde vivió pobremente hasta que a los dieciséis años huyó a Buenos Aires para trabajar como actriz en pequeños locales y en la radio. Conoció al coronel Juan Domingo Perón, con quien inició una relación íntima y se casó en 1945. Ese mismo año, Perón fue destituido de sus cargos y confinado en la isla de Martín García. La campaña de agitación social que emprendió Evita Perón culminó el 17 de octubre cuando miles de trabajadores, a los que ella llamó «descamisados», ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir la libertad del político. Una vez liberado, Perón se presentó a las elecciones de febrero de 1946 y obtuvo un rotundo triunfo.
Gracias a la intervención de Evita, la legislación laboral articulada durante la primera presidencia del general Perón se tradujo en unas mejores condiciones de vida de los trabajadores. En 1947 Eva Perón viajó a España, en los peores momentos del aislamiento internacional del régimen franquista a quien concedió un crédito millonario para la compra de alimentos.
Su muerte a causa de un cáncer significó el inicio de la decadencia del régimen peronista, que tres años más tarde fue derrocado por un golpe militar. Para evitar el peregrinaje popular a su tumba, los militares secuestraron y trasladaron el cadáver de Eva Perón a Italia y más tarde a España. En 1975, la tercera esposa del general, María Estela Isabel Martínez de Perón, llevó de nuevo a Argentina los restos mortales.
Después de mil cambios de avión, que si por Santiago de Chile, que si vía Montevideo, alteraciones de horario de Aerolíneas Argentinas en los vuelos interiores (por cierto, los extranjeros pagan un 40 por ciento más que los locales por el mismo billete y el límite de equipaje facturado es de 15 kilos como en Ryanair y 5, sí, cinco, en el de mano…, a menos que saltes El Charco con sus aviones, claro) además de la huelga de Iberia el día de regreso; logré llegar a Buenos Aires donde tardé dos horas y media en hacer el cambio del aeropuerto internacional de Ezeiza al de Aeroparque en una ‘remise’ o taxi privado ya que si coges uno normal te puede pasar como a Jo Lillini a quien tangaron 100 euros a la hora de pagar al conductor mientras un compinche le abría la mochila de fotos y le sustraía una cámara, dos objetivos y flash… .
En Córdoba me esperaba Claudio Altamirano, el hermano menor de la familia que nos ha acogido siempre en estas tierras a quien no veía desde hacía diez años tras irse a trabajar a Estados Unidos, un emotivo encuentro sin duda. Y su hermano Alejandro me llevó como siempre hasta la sala de prensa donde me estaba esperando Jordi Rierola mientras llegaba el resto de la ‘tropa’, Massimo Bettiol, Luis Eiriz y compañía y Julián González, que había estado intentando reconquistar el Perito Moreno durante unos días (que no YPF), para dar cuenta de nuestro primer asado.
En ese tiempo nos llegó la confirmación de que el nuevo peto permanente FIA para fotógrados, made in Turquía que no China, que nos dieron en Portugal y que después de dos lavados y un fin de semana en el terrado aún conserva un pestilente olor a petróleo, tras un análisis en los laboratorios de Ford en Duton por los responsables textiles de interiores (no es coña, gracias a que la esposa de un colega británico trabaja en la marca del óvalo) ha confirmado que además de ser inflamable contiene el ftalato DEHP prohibido en USA y que puede causar problemas reproductivos en los más jóvenes ( lo que no es nuestro caso J)… Así que dado el caso ¡hasta podríamos demandar a la FIA!. A ver si nos lo cambian por uno más ligero ya que el nuevo además de ser más pesado era rígido como una armadura.
Sin embargo, a la hora de volver al hotel después de la cena, en el aparcamiento a 3 por hora topamos con una barra que rompió el radiador de nuestro coche sin ni siquiera rozar el parachoques. Total, que por la mañana a mí me tocó solucionar el problema en la sala de prensa y poder cambiarlo por otro, mientras Jordi, Massimo y Julián tuvieron que ir al ‘shakedown’ en taxi… .
Por tanto, aproveché para ver a Dani Sordo vestidido de azul (que no de Movistar) y hacer algunas fotos en el parque de asistencia. La verdad es que Dani se encuentra ante una gran oportunidad, pero no quisiera estar en sus botines: tiene que ir rápido para demostrar que no contar en 2013 sería un error para cualquier equipo, para también está obligado a acabar y devolver la confianza que le ha otorgado Malcom Wilson. Después de dos pasadas de tanteo al ‘shakedown’ el piloto español logró el tercer mejor tiempo por delante de Petter Solberg, aunque le dejó el tercer lugar en la carretera al noruego que se excusó de su tiempo por utilizar neumáticos duros y no blandos como Dani para disponer de más juegos nuevos para el rallye.
Después de que la semana pasada las temperaturas rondaran en las serranías de Córdoba entorno a los 30ºC el fin de semana anuncia lluvia, niebla y hasta nieve. Agggggggggggg!!!