Esta mañana a las 6h estaba mandando SMS como un desesperado a varios de mis colegas para saber si tenían noticias sobre la existencia de nieve en Saint Bonnet-le-Froid. Pero nadie supo decirme nada o sea que no quedó otra que subir hasta la clásica prueba del Monte-Carlo que se caracteriza por tener tanto la salida como la llegada en la misma población, apenas separadas por un centenar de metros y que permite queriendo a los espectadores y fotógrafos ver seis o siete coches en la clásica curva a izquierdas redonda al inicio para luego acudir al final donde en 1985 se salió Ari Vatanen a causa de la nieve contra varios espectadores con su Peugeot 205 Turbo 16.
Pero esta vez como el anuncio de los pañales Dodot: ni gota ni gota pese a las previsiones de nevada a media mañana y aun tuvimos suerte de que no saliera el sol pues pasa a ser contraluz. Allí esperamos a todos los pilotos, a causa de que los tres pilotos italianos que tiene como cliente la agencia Photo 4 para la que trabaja Jordi Rierola estaban entre los diez últimos participantes.
No tenía sentido permanecer allí para la segunda pasada a casi cinco horas y media de la llegada. Así que decidimos ir al primer tramo del día, Lalouvesc, pero antes tuvimos que hacer un alto en el camino a las 12 del mediodía porque nuestros amigos checos Zdenek y Thomas comen en su tierra incluso antes de esa hora y estaban caninos. Paramos en un pequeño restaurante de carretera donde Jordi y yo fuimos los únicos que nos pusimos hasta las cejas de quesos ya que Julián es alérgico al mismo y su ingesta le puede llevar al hospital. Ah, tampoco perdonamos una mouse de chocolate.
Pero tanto Thomas, que es periodista como yo decidimos volver a Valence con nuestro Zafira de alquiler mientras el resto se dirigió al clásico puente de piedra. En el camino nos cruzamos con Loeb, Sordo, Solberg, etc así que aproveché para contarle la historia de Loeb en Gales, de algo había que hablar aparte de la Sagrada Familia que le encantó a Thomas en su visita a Barcelona el año pasado antes del Rallye de España.
Ya en la asistencia esperamos la llegada de Dani Sordo que a lo largo del día se había estando dando de ‘bofetadas’ con Petter Solberg al estilo ‘tú me la das aquí y yo te la devuelvo allí.Total que después de seis tramos en el último el español lograba meterle seis al noruego y dejar sus diferencias en 3,7 segundos. El piloto de Mini aguantó al de Ford no teniendo mayor problema que un tiempo parcial de Solberg mucho mejor que el verdadero, lo que obligó a Sordo a emplearse a fondo para enjuagar ese tiempo fantasma por el que estuvo a punto de salirse. Cuarto era Mikko Hirvonen que sigue sin encontrarse a sí mismo en Citroën al igual que en Ford y quinto es el ruso Evgeny Novikov a tan solo 11,1s por lo que no debería tardar mucho en superarlo.
También en el último tramo dijo adiós Sébastien Ogier al salirse violentamente con su Skoda Fabia S2000 después de haber perdido con toda lógica dos posiciones en una etapa donde no existieron apuestas arriesgadas en la monta de neumáticos. La clase 2000 está liderada por el sueco Per-Gunnar Andersson con el Proton Satria Neo S2000 que, por increíble que parezca, no ha tenido problemas mecánicos destacables.
Y seguimos pendientes de Meteo France para las clásicas entorno a St.Jean-en Royans de mañana.