Ingrid Bergman (1915 – 1982) fue una actriz sueca que consiguió 3 Oscar y que está considerada como uno de los mitos del séptimo arte. Después de protagonizar una docena de películas en Suecia, se trasladó en 1939 a los Estados Unidos para protagonizar la nueva versión de ‘Intermezzo’ producida por David O. Selznick.
Tres años después se convirtió en una de las estrellas de la época al protagonizar la mítica película de Michael Curtiz, «Casablanca», junto a Humphrey Bogart. 1943 supone el año en el que recibe su primera candidatura a los Óscar, en este caso por su brillante labor en la película «Por quién doblan las campanas». Recibió tres Oscar, en 1944 por ‘Gaslight’, en 1956 por ‘Anastasia’ y en 1974 por ‘Asesinato en el Orient Express’, como actriz de reparto. A lo largo de su vida, tres directores marcaron su carrera cinematográfica: Gustaf Molander, quien la dirigió en siete películas y con el que fue proclamada mejor promesa del cine sueco en 1935; Roberto Rossellini, con quien rodó seis películas y fue su marido y Alfred Hitchcock, que la dirigió en tres ocasiones siendo ya una consolidada actriz. Falleció el día de su 67º cumpleaños, tras librar una larga batalla contra el cáncer de mama.
Ya estamos en Suecia, y ello a pesar de que la compañía Spanair del ínclito Ferrán Soriano bajo la nula tutela de la Generalidad y el Ayuntamiento de Barcelona. La quiebra de la compañía de bandera catalana me ha dejado colgado con los billetes de avión nada más y nada menos que de los rallyes de Suecia, ‘paganini’ o sea tarifa completa y a México, Portugal, Acrópolis y Alemania con puntos Spanairstar, ganados con sudor durante cuatro años, más las tasas aeroportuarias. Menos mal que la gente de la tarjeta American Express pare e que se va a comportar y al parecer me devolverá el importe de los billetes. Pero mientras alguna compañía como Lufthansa ha asumido a los viajeros de Spanair en sus vuelos (Alemania), tanto Air Europa (Méjico) como Aegean (Acropolis) nos han dejado tirados a sus usuarios. Un auténtico palo, sobretodo el vuelo a Méjico porque solo eran 60 euros de tasas, así que me ha tocado apoquinar 50.000 ‘Avios’ de Iberia para volar a D.F. y comprar otro billete con Aegean aunque a precio de ganga, 120 euros, esta misma semana.
Desde las 7h de la mañana que salí de casa no llegamos a Karlstad hasta las 8 de la noche, una hora de retraso con Swissair incluida así como la navegación errática inicial del Tom Tom, 50 kilómetros por carreteras comarcales al salir del aeropuerto de Arlanda. Afortunadamente Massimo Bettiol nos recogió los pases y fuimos directos a cenar a la habitual pizzería Napoli antes de encaminarnos a Munkfors a la casa alquilada el año pasado.
Con el nuevo ‘Tramo de Calificación’ que solo permite dos pasadas antes de la oficial a las 10:30 de la mañana de hoy y avisados de la escasa nieve, yo preferí hacer la asistencia por la mañana, trabajar algo en la sala de prensa del aeropuerto de Hagfors antes de ir a ver los coches a la hora de la verdad.
La pista del aeropuerto parecía algo vacía, falta del ‘hospitality’ de Red Bull y de Ford, que tan solo presentaba una gran tienda. Ha desaparecido además la gran estructura de la asistencia de Prodrive sustituida por la típica carpa unitaria hexagonal, así como prácticamente de la palabra Mini en sus vehículos. Dani nos contaba que para él todo seguía igual, pero hoy saltaba la noticia de la ausencia del equipo oficial en Méjico.
Al final el mejor tiempo en el ‘Tramo de Calificación era para Jari-Matti Latvala, seguido de Mikko Hirvonen y Ott Tanak. Sébastian Loeb era sexto y Dani Sordo undécimo, aunque algunos pilotos declaraban abiertamente no querer ser los primeros en la primera etapa. El piloto español se adjudicaba no obstante el primer tramo con 0,3s de ventaja sobre Mads Ostebrg y 0,6s sobre Ott Tanak, yéndose a la cama como primer líder del Rallye de Suecia.
Mañana, Dios dirá, en los tramos a celebrar en la vecina Noruega.