Son pocos los rallyes en los que intento ir ‘gratis total’ en helicóptero, ya hace casi más de una década que abonaba el importe de un día de vuelo en casos como Nueva Zelanda de donde había que regresar antes para volver con los carretes de fotos (¿Y eso que é…?) para estar en el cierre semanal de Motor 16.
Este año incluso rechacé alguna propuesta de Citroën para volar en Alemania como en 2011 por aquello de asegurar el sitio, pero en el Rallye de España si que trato de subirme al helicóptero en la primera etapa de tierra y así poder trabajar por la tarde más tranquilo en la sala de prensa. Con ese fin me dirigí a Luis Porro, jefe de Prensa de Citroën España, para volar en el primer turno en el que me acompañaron él mismo, Javier Bueno y Juan Manuel Fernández Pellón de AutoHebdo Sport y Javier Gutierrez el director de MOTORACCION, la revista mensual donde colaboro. Como cada año pusimos nuestras vidas en manos de Santi, el piloto de TAF y despegamos con un tiempo que hasta yo diría bueno. Pero una vez llegados a la Sierra del Cardó empezó a llover y las nubes empezaron a cerrarse dejando tan solo en algunos sitios la visión de las palas de los molinos de viento emergiendo entre las nubes de ‘algodón’, aterrizamos en un lugar que resultó ser el final del primer tramo justo cuando pasaba Sébastien Loeb así que despegamos para ir a otro tramo. Pero la visión se acabó del todo y no tuvimos más remedio que volver al helipuerto de Salou, quedándonos como consuelo un vuelo sobre el Delta del Ebro y sobre el huerto que la familia de mi mujer tiene en Tortosa y que aproveché para fotografiar desde el aire.
Volver por la tarde en coche a los tramos era complicar demasiado el trabajo delante del ordenador, así que pudimos repetir turno en helicóptero, pero Santi nos dijo a la una de la tarde que no estaba asegurado nada. Por fortuna, pese a que a mí las condiciones me parecían igual de malas, aterrizamos en el cuarto tramo, Pesells, en poco menos de una recta y en medio de un campo inundando, bastante mejor que la carretera que tras el paso de los participantes por la mañana era un lodazal y donde a caminar a base de saltitos, acabamos pringados. Solo vimos siete coches tras la criba matinal para despegar y volar al sexto, Terra Alta, en el pueblo de Vilalba dels Arcs donde había estado el año pasado y donde encontré a Jordi Rierola y Julián González. Siete coches de nuevo, separados por tres minutos, y pese a que la foto era la del pueblo tarraconense, lo mejor era el paso de los coches junto a un establo donde Ott Tanak casi hunde la pared y donde Mikko Hirvonen se salvó por los pelos de irse talud abajo (como Colin McMaster, el fotógrafo de McKlein…) al igual que Sebastien Loeb. Todo ello ante la insólita mirada de Yves Matton que también había llegado allí en helicóptero… .
De vuelta con las bambas llenas de barro y el tejano salpicado, tocó aporrear el teclado hasta las nueve, hora de convocatoria de la habitual cena de Citroën España con el director Alfredo Vila a la cabeza. O sea el tiempo justo de cambiarse antes de meterse en la cama para escribir esta crónica de madrugada.
En cuanto a lo deportivo, ayer borrando fotos de la tarjeta de memoria todavía tenía las fotos del Rallye de Gales, contrastaba el cambio de planos: polvo en la pérfida Albión y barro en la Costa Dorada… . Después de haber visto uno mismo en las predicciones que el viernes tocaba lluvia, no logré entender por qué los pilotos hicieron como si no fuera con ellos a la hora de elegir el orden de salida. La criba fue importante: Solberg, Neuville, Prokop y, lamentablemente Dani Sordo por la mañana y Novikov por la tarde. El piloto español quedó atrapado en un talud después de salirse en una frenada en el tercer tramo con neumáticos duros en su Mini JCW WRC, pero que eran los mismos que llevaba quien acabó líder ayer, el noruego Mads Ostberg con su Ford Fiesta WRC…
La conclusión es que más que neumáticos u orden de salida lo que contaba era el espíritu y el piloto de Adapta repitió su actuación en el pasado Rallye de Portugal para lograr 27,2s de ventaja sobre Loeb y 40s sobre Jari-Matti Latvala. Pocos para poder defender su liderato sobre las dos etapas de asfalto que restan, incluso sobre el piloto oficial de Ford. Craig Breen es sexto absoluto con su Ford Fiesta S2000 tras el abandono de Sébastien Ogier con problemas de motor en su Skoda Fabia S2000, Yerari Lemes encabezó el Grupo N con su Mitsubishi Lancer Evo X de RMC antes de verse superado en 11,1s por el argentino Marcos Ligato y su Subaru. Benito Guerra es cuarto detrás de su máximo rival Michal Kosciuszko. En la WRC Academy un pinchazo de Pontus Tidemand en el quinto tramo dio la primera posición a Jose Antonio Suárez que ahora ostenta un minuto sobre el noruego.