Ya es hora de que nos planteemos convertir el Campeonato de España de Rallyes en uno mixto de tierra y asfalto. En estos momentos la familia de los rallyes se encuentra dividida. Por un lado los defensores de los GT enarbolan la bandera de la espectacularidad, mientras que las huestes de los S2000 aducen que el de los GT es un camino hacia el aislamiento. Cada uno, como es normal, se aferra a su intereses y mantiene su posición. Pero creo que existe una tercera vía capaz de aunar los intereses de todos.
El hecho es que el que creíamos el mejor campeonato del mundo, hace aguas. Las marcas lo abandonan y cuando nuestros pilotos salen a pruebas en el extranjero o se tienen que medir con los de fuera aquí, los repasos son importantes. Falta formación en la tierra, no podemos seguir siendo una cuna de expertos en asfalto.
Por todo ello, en aras de recuperar la espectacularidad y permitir formar a nuestros jóvenes talentos de forma adecuada y en todas las superficies, debemos plantear a la Federación el que convierta al Campeonato de España en mixto.
Con cuatro pruebas de tierra y cuatro de asfalto, de las que se pueda descartar una prueba en cada superficie, dejaría un Campeonato con seis pruebas efectivas, casi la mitad de las disputadas este año. Ello permitiría a los equipos contrarrestar su incremento de presupuesto con el menor número de pruebas a celebrar. Incluso podría permitir a la federación nombrar un campeón de asfalto y otro de tierra tal como se hace ahora con el campeón de invierno.
Pensemos por un momento en un Porsche o un Ferrari en un tramo de tierra. Sin duda ello ayudaría a atraer a esa television que tanta falta nos hace en el deporte de los rallyes.