Quién nos lo iba a decir, pero han pasado ya cuatro meses y pico desde que empezó la presente temporada del WRC. Y ni en nuestros mejores sueños (al menos, en los míos) esperábamos tantos ganadores distintos desde el principio, tanta variedad, tanto colorido gracias a los nuevos coches y a los movimientos de pilotos entre los diferentes equipos.
Aunque hay cosas que no cambian… y Sebastien Ogier sigue al frente de la clasificación, si bien esta vez al volante de un Ford Fiesta. Me alegra decir que le está costando defender su liderato (mi contento viene de la emoción que eso trae al certamen, no de fobias y filias personales), ya que eso significa que los demás le dan guerra. Pero, si tuviera que poner mi dinero sobre la mesa y jugármelo por un vencedor final… lo tengo claro, sería él.
Analicemos cómo va la temporada del WRC para ver si mi apuesta tendría éxito. Como recuerdan en wrc.com, hemos visto a cuatro participantes distintos subir a lo más alto del podio en las cuatro primeras pruebas del año. Así que lo lógico sería depositar nuestra confianza en alguno de ellos. El propio Ogier lo haría así: sabe que la lucha por el título está entre él, Thierry Neuville, Jari-Matti Latvala y Ott Tanak.
El francés y el belga son los únicos con dos victorias; Ogier cuenta con una ventaja de 22 puntos. Y en Cerdeña quiere ganar por tercera vez, algo a lo que también aspira Neuville, vencedor el año pasado (el galo subió al primer escalón del podio en 2015, anotándose su tercer triunfo consecutivo en la isla italiana).
Pasemos a Latvala y Tanak. El finlandés ya ha demostrado que es capaz de lo mejor cuando está inspirado; si en Portugal no estuvo más arriba fue por un fallo complicado con unos problemas de salud. El estonio, por su parte, realiza los progresos adecuados para convertirse en un rival muy serio. Ya lo es, de hecho.
¿Resulta esto suficiente para derrocar a Ogier? Me temo que no. El francés es un piloto que parece en permanente estado de gracia (fruto de un duro trabajo y de un talento tremendo, reconozcámoslo). Centrado, frío, calculador, sabe ser el más rápido y dejar de serlo cuando conviene, controlando las estrategias a su antojo. Le hemos visto vencer en pruebas imposibles, pese a estar lastrado por el orden de salida a los tramos (volverá a vivirlo en Cerdeña). Así que es mi apuesta ganadora. Sé que juego sobre seguro y que es la elección fácil. Pero no por ello deja de ser realista. Estamos a mitad de temporada del WRC. A finales, me lo cuentas…